ya no sé si
me leen los vivos, pero ahora escribo por los muertos… porque le prometí a un
amigo en su lecho de muerte que no dejaría de escribir.
Y hoy me
paso algo tan interesante que me inspiro a escribir… cuando salía de la
colonia, me encontré con una persona que recolecta latas y plástico en las
calles, no sé si donde tu vives pasa eso, pero en El Salvador eso es muy común,
porque hay muchas personas que no encuentran una forma mejor de conseguir unas
cuantas monedas.
Al verlo,
mi novia y yo decidimos regalarle las latas y botellas que vamos guardando como
reciclaje en la casa y cuando vemos a una persona como el que las recolecta se
las regalamos.
Después de
entregarle las latas, el hombre muy agradecido nos dijo que si alguna vez
necesitábamos que alguien cortara la
grama o algún árbol, podríamos llamarlo para que el lo hiciera y asi ganar un
poco mas de dinero. Agradecimos la oferta y seguimos caminando, pero pensé que
No se adonde le tendríamos que llamarlo porque no nos dio su teléfono, no sé si
tendría teléfono. lo más interesante no
era que nos propusiera que lo contactáramos sin tener forma alguna de hacerlo.
Lo mas interesante es que no se limito solo a recibir ayuda, el hombre quería
seguir trabajando, ganando las monedas de una forma mas digna. No quería una limosna o simplemente que le diéramos
dinero, quería intercambiar su trabajo por dinero, que le costara, pero
sentirse satisfecho de no ser un parasito. En ese momento me pregunte… ¿ que paso
con esas personas?
Recuerdo
que los salvadoreños eran conocidos por 2 cosas en el pasado, la primera era
que estaban en todo el mundo, y la segunda era que eran muy trabajadores,
trabajan de sol a sol y casi siempre para ayudarles a sus familias; pero ahora,
los salvadoreños son son reconocidos regulamente por una cosa… que les dejare a
su imaginación.
Pero ¿que
paso? En qué momento se cambio el trabajo digno y la satisfacción de hacer un
trabajo bien hecho por la intimidación, las armas y saber que hay una forma
fácil de conseguir dinero aunque eso signifique, robar, ultrajar, maltratar y
muchas cosas más.
¿Donde
están esas personas que trabajaban en el día de lo que fuera, pero con ánimo
para poder conseguir dinero y ayuda a su familia, que preferían un trabajo malo
antes que robar?, ¿donde quedo esas personas alegres que siempre estaban
dispuestas a ayudar?, ¿esos que saludaban a los desconocidos por la calle, esos
que si no hacían nada, pero por lo menos no hacían nada malo? ¿Fue la guerra lo
que cambio el país?, ¿son los padres que no nunca están presentes en casa por
trabajar o por evadir su responsabilidad de guías de los hijos? ¿Será la
educación deficiente y deplorable que enseñan en la mayoría de las escuelas?,
¿será que los abuelos ya no enseñan principios a sus nietos?, ¿será que los
nietos ya no tienen tiempo de estar con sus abuelos porque solo están en
internet? ¿será que este país se está pudriendo poco a poco y está destinado a
la destrucción?, ¿será que lo podemos salvar? Y ahora las personas buenas son
cada vez más escasas, tan escasas que hasta podríamos preguntarnos ¿alguna vez
existieron?
Bueno, yo
sigo teniendo fe, cada vez menos jajaja pero sigo tieniendo, y espero que el
salvador alguna vez cambie. No sé cómo diablos se va a lograr, pero sé que los
milagros existen. Si vemos el desarrollo que ha tenido japon después de la
devastación de la bomba atómica y ahora son un pueblo totalmente reconstruido
de las cenizas. Si ellos pudieron nosotros también podríamos. Sé que dirán que
los japoneses son especiales y que nuestras realidades y culturas son muy
diferentes, pero todos los pueblos países tiene potencialidades, ellos
descubrieron la suya y la usaron de la mejor forma, es necesario con urgencia
que los salvadoreños olvidemos partidos y política y nos unamos para rescatar
al El Salvador y no nos resignemos a simplemente morir mientras esperamos que
otros hagan el trabajo que todos tenemos que hacer juntos.
El salvador
muere lenta y tristemente mientras todos los sectores de la sociedad evaden la
realidad. Esperan que los demás sectores salven el país y hagan su trabajo,
esperan que alguien (no ellos) salve a El Salvador. Todos esperan que los demás
hagan su trabajo pero no quieren hacer su propio trabajo, todos evitan aceptar
por conveniencia o comodidad que el país es de todos y todos tenemos que
sacarlo adelante.