Me gusta mucho leer el periódico, todos los días lo leo religiosamente, pero la verdad no me interesa mucho estar bien informado sobre la delincuencia o la economía en crisis o los paros de transporte; en cambio miro todos los titulares y leo solo lo que produzca energía positiva en mi dia, algunas notas interesantes o culturales, uno que otro poema o editorial, y navegando por las grandes páginas de un periódico local encontré este poema que aunque yo no soy romántico, me llamo mucho la atención por el titulo y como la escritura se convierte en un recurso o una puerta para poder expresar de una mejor forma los sentimientos, sin más que agregar les dejo el poema que encontré:
RELATOS DE
Luis Salazar Retana
¿Qué significa
un beso?
Nunca le des un beso a alguien que te lo pida,
si te ama de verdad, te lo robará.
Dicho popular.
Los amores que nos cercan, que nos acorralan en la vida, son aquellos en
los cuales las circunstancias, las acciones, las actitudes, no nos indican claramente
si nos aman o no nos aman; dicen que el que ama sabe, pero hablo
de lo que sucede en los amores no correspondidos o correspondidos a
medias. ¿Qué diablos es esto?
¡Ay amigos!, el infierno de la incertidumbre, el purgatorio de la ambigüedad.
Que te digan que te aman y te prohíban el beso. ¿Será eso posible? Y
es que hay tantos tipos de besos, que es imposible decir cuál es el beso de
amor, cuál del engaño, cuál de la pasión. Lo mismo sucede con el lugar: la
boca, el cuello, lamano, la frente y otros lugares menos conspicuos. El beso
puede significar mil cosas y expresar mil enigmas o crearlos.
Manfredo vertió más agua de coco sobre el hielo y el Vodka, lo movió
suavemente con lentos círculos de la mano y luego lo colocó sobre la
mesa sin probarlo.
Me prohibió, sí amigos,me prohibió que la besara en la boca. Era casada, claro;
era un amor galante,medieval, caballeresco, de torneos y luchas, pero todas
orientadas al amor. Nuestros besos eran de saludo, de despedida, cargados
de pasión… pero no eran en la boca. Lo boca era el centro del irrespeto,
del engaño, de la falsedad. En cambio, los abrazos prolongados, la compañía,
las largas conversaciones, los besos en lamejilla, las manos deslizándose sobre
los brazos, eran claudicaciones inocentes a la relación innombrada.
Porque era imposible definirla, era una especie de noviazgo colegial, entre
dos adultos, que no llegaba al amor quizás, pero que se le parecía muchísimo,
algo surreal, algo morboso, pero absolutamente fascinante, con una
fuerza de atracción a la que ambos no nos podíamos sustraer. Podríamos
haberla terminado en cualquier instante y el Universo no lo hubiera notado,
hubiese sido un efecto mariposa invertido, de la apasionada tormenta
hubiera surgido una libélula, un colibrí, la calma celestial que precede a la
tormenta que no se daría jamás.
Quizás aun nosotros no hubiéramos sentido nuestras propias ausencias,
nuestra falta de presencia, porque quizás en algún Universo paralelo seguiríamos
intentando en vano amarnos, con el alma y con el cuerpo. Quizás
también por eso, esas relaciones no se pueden nominar, porque suceden
y no suceden, pero causan efectos en el alma que nos llevan a la Iluminación
o al Infierno. Son amores para vivir, pero no para realizar.
Era una extraña relación íntima, que alcanzaba, paradójicamente, sus máximas
expresiones en público; en la intimidad, las reservas, la inviolabilidad
del territorio, impedían cualquier acercamiento, los límites eran cadenas
fijas que no se bajaban nunca, velas que no se arriaban jamás, pero bajo
el sol, bajo el cielo azul, en el estruendo y agua de las tormentas, florecía
como florecen en verano la bugambilias, colorido, alegre, apasionado.
Y es que a la luz del día no hay engaño. Primera paradoja. Y bajo el sol, las
sombras del mismo se desvanecen. Segunda paradoja.
Pero es que el amor romántico, medieval, no el del siglo XIX, no nos confundamos
queridos amigos, es un amor que y cito “diferente y superior a
las puras necesidades fisiológicas”, esto es otro nivel, en el que las emociones
están, no sé simás allá, o por encima del deseo sexual; complejo sí, pero
estimulante, un éxtasis mental de impredecibles gozos… o sufrimientos.
Tomó su vaso de Vodka y lo vació de un solo trago, lentamente, saboreando
con fruición su sabor, sus efectos adormecedores y oníricos.
Yo conocía esos vericuetos de la historia del amor. Ella no.Tuvo que aprenderlos
conmigo.
Ese aprendizaje fue casi mi ruina, porque ella encontró en él, la clave, el pretexto,
no sé si real o fingido, de su distancia infranqueable, de su límite imborrable.
Se emocionó, hizo suyo el concepto de amor románticomedieval,
me colocó en un pedestal que me hacía inalcanzable, intocable, pero digno
de todo su respeto, de su amor, de su dedicación y casi de su vida, pero me
separó de su cuerpo, de sus besos y sus íntimas caricias. Tercera paradoja.
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